Existen realidades que siendo duras y queriendo ignorarlas son indicios de que ha llegado el momento del divorcio.
Se trata de momentos y situaciones que seguramente quieres pasar por alto debido a una serie de factores. Por ejemplo, los hijos, la economía, la familia, la sociedad y hasta las propias inseguridades e incertidumbres por tener que afrontar sola el futuro.
Sin embargo, presta mucha atención a esas señales que te dan luces sobre la situación en la que se encuentra tu relación. También te alertan de la necesidad de que por encima de todos esos factores está tu felicidad y tranquilidad.
Algunas señales del momento del divorcio
Unas señales que te indican directamente que ha llegado el momento del divorcio son si en tu relación predominan situaciones de violencia, humillación, irrespeto (incluyendo infidelidad), alcoholismo, abandono, entre otros.
– Cuando la convivencia se vuelve una agonía. Es decir, el espacio se hace pequeño para ambos y es incómodo todo lo que ocurre alrededor de los dos. Es una señal de que ha llegado el momento del divorcio.
– También considera una señal de separación si cada quien está bien emocionalmente, es feliz en su trabajo, con sus amigos, pero no comparten ese bienestar con la pareja, o peor aún, es con la pareja con quien no está feliz.
– De igual forma, si el trabajo es un escape, para ti o para tu pareja, y buscas estar más tiempo fuera de casa evitando el encuentro. Si prefieres ir de compras o salir a cualquier lado a toda costa antes que estar con tu pareja.
– Cuando ya no hay nada que compartir, como una conversación, planes, proyectos. También cuando hay ausencia de empatía o ya no importa cómo está el otro y no hay cercanía en la relación.
Evalúa tu situación emocional
Muchas veces nos quedamos enganchadas en una relación que no tiene ningún sentido, en la que no hay elementos que justifiquen la vida en pareja, pero por miedos y otras razones nos mantenemos allí a costa de nuestra felicidad y paz interior.
Es bueno que analices cuál es la situación con tu pareja, hagas una introspección, te sinceres y evalúes si es el momento del divorcio, porque por encima de la unión debe estar tu bienestar.
A pesar de las creencias, cultura o religión, hay relaciones que no son para toda la vida. Y hay que aceptarlo. Además, recuerda que el bienestar y el crecimiento personal son posibles estando sola o acompañada.
Afiánzate en tu fuerza de voluntad, tu autoestima y tus capacidades para asumir ese paso.

